inánima de los monstruos [II]

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CREATURA
 




La luz retorna al centro mismo del relato.
Parada en este llano ilimitado elevo mis ojos al cielo. Imploro.
Busco al que, en este instante, está leyendo mis palabras.
Alcanzo a ver los ojos del lector más allá de las nubes y del cenit.
Pregunta entonces la tinta de mi vista al que observa: ¿Qué será de mí? Y el eco se petrifica en bandadas de luz: ¿Qué será de mí?

Mas el lector, como todo dios descubierto, es un monstruo que desvía su mirada hacia el silencio y huye.

Vuelvo a mi soledad que espera en el centro mismo de un relato.
En la oscura quietud del tiempo suelo soñar otro monstruo que deshoja el firmamento. Otro dios que, tal vez, sea capaz de sostener la mirada de sus criaturas hasta el fin de los cuentos.


PUBLICACIÓN ORAL
Septiembre de 2010




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