Redes

.



MACEDONIO HERNÁNDEZ 
MicroFricciones en EDICIÓN CYRANO

[*]


REDES | BabelBabel

1| Cuando uno necesita ayuda suele buscar palabras en el mundo. Y hay mucha palabra en el mundo. Por eso, cuando uno necesita ayuda, encuentra muchas palabras en el mundo.

2| Hay palabras de poetas. En la sombra del paraíso escribió uno de ellos: "La palabra fue un día calor: un labio humano". La palabra poética es efectiva, te consuela el alma, te anima. Pero hay veces que no alcanza.

3| Se ha inventado mucho paraíso en el tiempo de la historia. Los paraísos son un refugio. ¿Pero para quién? ¿Qué pasa cuando usted necesita ayuda y acude a las puertas de estos paraísos? ¿Qué ocurre con el mundo cuando alguien necesita ayuda?

4| Supongamos que el estado publicita servicios de asistencia a personas en crisis. Supongamos que esa instancia del estado propone un medio de contacto. Por ejemplo: una dirección de correo electrónico. Supongamos que una persona en crisis utiliza este medio para solicitar asistencia y ayuda. ¿Saben una cosa? Hice esta prueba de acceso al paraíso. Escribí a esa dirección de correo. Pedí ayuda. Puse palabras. Y resultó que el sistema me informó que esa dirección de correo electrónico no existe. Luego, mis palabras quedaron en la nada.

¿Y saben qué sensación me taladró el espíritu?
Fue como llamar al teléfono de Atención al Suicida y escuchar una voz grabada que dice "el número solicitado no corresponde a un abonado en servicio”. A la sombra del paraíso escribió el poeta: "La palabra fue un día calor: un labio humano".

5| Cuando uno necesita ayuda suele buscar palabras en el mundo. Hay mucha palabra. Pero los paraísos de palabra no sirven. Están ahí. El paraíso es una manzana. Y te la venden.
¿Por qué las palabras que ofrecen ayuda no ayudan?

6| Entonces borré los paraísos. Y del poeta me quedó: "La palabra fue un día calor: un labio humano"´
Y la palabra edificó a Babel. Y Babel es Babel, Babel es la sombra del Paraíso.
Y este es el asunto. Buscamos palabras cuando teníamos que buscar labios. Porque si la palabra fue un día calor, hubo labios.

Hagamos una cosa. A vos te digo, sí a vos que estás ahí escuchando y que te pasaste todos estos días tratando de no morirte.

Dejá por un rato los libros. Apagá la computadora. Cerrá los ojos.
Y buscá el calor de los labios.

Y no sé si habrá ayuda para alguien.
Pero besá el calor de esos labios.
Poné una canción en el cielo. Una que te guste.
Invitate a bailar abrazados en la luna.
No hay paraísos.
Y acaso no haya mundo.

Pero esta noche, por lo menos, vamos a creer que la pasión de amar puede salvarnos de todo.








.

No hay comentarios: